Hubiese pasado desapercibido si no llega a ser por la blogosfera. Lo recibí hace varias semanas pero por uno u otro motivo iba retrasando su lectura y eso que las críticas eran muy buenas. Ahora puedo decir ¡no es para menos! Jueves para la trilogía Heraldos de la Luz del tinerfeño Víctor Conde.
Tanya es la que más protagonismo tiene en esta ocasión aunque la cosa, la verdad, está bien repartida. Es una adolescente que vive con sus padres y su abuelo, un hombre un poco "verde". Tremendamente observadora y con una mente prodigiosa, su coeficiente intelectual es muy alto, resulta ser una de las elegidas por los de "arriba" para vencer a los "malos".
Estamos ante la lucha entre la Luz y la Oscuridad, o lo que es lo mismo, el Bien y el Mal, también llamados Cielo e Infierno.
Estamos ante la lucha entre la Luz y la Oscuridad, o lo que es lo mismo, el Bien y el Mal, también llamados Cielo e Infierno.
Erik es el siguiente. Es un joven que trabaja como especialista de cine. Está espabilado (a veces lo es) y es puro nervio, digamos que es la "fuerza física" del grupo de tres. A él, más que a ningún otro, le cuesta asimilar su naturaleza porque ellos son mortales sí, pero con "esencia" de ángel.
Cada uno pues, posee un don que le ayudará a luchar contra los demonios y todas sus variantes.
Cada uno pues, posee un don que le ayudará a luchar contra los demonios y todas sus variantes.
Para terminar, Mauro, mi favorito. Lo siento pero es mi "ojito derecho". Vale que todos tienen un "algo" que los hace destacar pero este... es especial. No tiene familia ni sitio al que acudir. Lo acompaña una chica, Rhea, con la que comparte su dolor. Y es que, el muchacho tiene un pasado muy triste que no ha podido superar.
No estarán solos en esta dura batalla. Contarán con la ayuda de Séfora y Nínive. La última no es un ser con alas pero vive en un espejo y sin duda posee cualidades mágicas.
Estos ángeles, también demonios, "a la española" protagonizan una buena historia de ritmo constante. La acción y algunas que otras sonrisas están aseguradas. Se lee en muy poquito tiempo, es ágil.
La pluma de Victor Conde me ha gustado. No es una prosa compleja, ni muchísimo menos, pero dos o tres palabras se me resistían cosa que nunca viene mal y lo agradezco.
El prólogo corre a cargo de José Antonio Cotrina al que "conozco" de oídas. La portada la firma Rebeca Saray cuyo nombre me sonaba por el libro de fotografías "Réquiem".
Espero que el siguiente no tarde mucho en llegar a nuestras librerías porque el final de esta primera parte te deja K.O. literalmente hablando. ¡Saludos devorador@s!
Agradecimientos Editorial Hidra
A mí me ha gustado, y el final está bastante bien.
ResponderEliminarSiiii:D
ResponderEliminarSi leíste mi reseña, jaja, verás que ya soy del club de fans de Mauro, las cosas como son:D
PAra mi también es el mejor de todos:D
La novela me encantó, la adoré:D
Ayer mismo subio una entrevista exclusivo con el autor, Victor Conde:D
Pásate si quieres...
kisses...
No he leído nada de esta trilogía, pero según cuentas y también si dices que tiene muy buenas críticas habrá que hacerse con ella! :D
ResponderEliminar¡Quiero la segunda parte YA! Muy buena entrevista Karol. Me ha gustado ;) Mauro es uno de los mejorcitos, vamos ya lo sabes, mi favorito del libro. ¡Un abrazo!
ResponderEliminarVaya, no le había echado el ojo a este libro hasta que visto tu reseña. Tendré que tenerlo en cuenta para un futuro, porque que solo este el 1º de una trilogía, por el momento me echa para atrás >-<
ResponderEliminarUn besote :)
me encanto este libro!!! y tengo unas ganas tremendas de que salga el segundo ^^
ResponderEliminarpor el contrario yo soy mas de sefora, jajajajajaa
Bellisima historia
ResponderEliminarCreo k voy a buscarlo en la libreria mañana :P
Saludos
Julia T.
Vi la reseña de este libro en el blog de Bookworm pero la historia no termina de llamar mi atención, así que, lo dejo pasar. Eso sí, la portada me encanta.
ResponderEliminarMusus.
Qué bueno que te gustara y dejase de estar desapercibido en tus estantes. El próximo saldrá hacia octubre de 2011 así que paciencia con esa espera.
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