Max y Moritz

02 abril 2013

Descubrí esta historia por casualidad. Y es que en España e Iberoamérica ha pasado desapercibida. Afortunadamente, la editorial Impedimenta la rescató del olvido en una excelente edición el año pasado, posibilitando que hoy día podamos disfrutar de la que se considera la gran obra maestra de Wilhelm Busch: Max y Moritz.

El autor alemán nos regaló una historia muy sencilla, pero no exenta de humor, aunque eso sí un humor negro. Los personajes principales son dos niños hermanos la mar de traviesos. Así, la obra se divide en siete capítulos, siete de las muchas travesuras de esta pareja de pícaros. Víctima de sus macabras bromas son la pobre viuda Blume, el sastre Segismundo García, el maestro Petrus, el pastelero, el labrador y ¡hasta su propio tío! Pero, como todo el mundo sabe, el que la hace, la paga y estos dos pequeños demonios acabarán por sufrir las consecuencias de sus hechos.

En esta edición, que arranca y finaliza con dos páginas color cartón con dibujos del autor, todo un detalle, se han respetado los vivos colores originales de las ilustraciones de Busch. Asimismo, merece una mención especial el trabajo realizado por Víctor Canicio quien ha respetado la musicalidad de la obra y ha hecho una magnífica traducción de los versos del escritor y pintor alemán.

Conscientes desde la editorial de que Max y Moritz sabría a poco al lector, el libro incluye una pequeña historia extra, que nada tiene que ver con la anterior, y que vendría a ser más bien un brevísimo cómic silencioso, pues se prescinde en él de las palabras, claro que estas no se echan de menos.

Y es que por algo Busch es considerado por muchos como el abuelo de la historieta. Si bien es cierto que si se buscan los orígenes del cómic la paternidad que mayor fuerza posee es la americana, con el dibujante Outcault y The Yellow Kid, que surgió a partir de la lucha por los lectores entre dos grandes del Periodismo, Pulitzer y Hearst, en Europa también hubo figuras importantes, como el protagonista del post de hoy, que más que en el cómic europeo, influyó, precisamente, en el americano.

Así pues, merecido homenaje el que desde la editorial le brindan. Si tenéis curiosidad, aquí podéis leer las primeras páginas, aunque es un libro para tener en papel, sin ninguna duda. Impedimenta ha vuelto a hacer un excelente trabajo y el libro hará las delicias de los lectores más exigentes porque la edición de esta obra, que data de 1865, le hace justicia: es, simplemente, exquisita. Estamos, sin duda, ante un buen libro para celebrar el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil.


Agradecimientos Impedimenta

4 comentarios

  1. No lo conocía, pero tiene una pinta fantástica, la verdad es que Impedimenta hace unas ediciones preciosas!

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  2. Conocía a estos personajes de mis tiempos universitarios y el libro me parece una preciosidad. Gracias por reseñarlo! 1beso!

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  3. Cómo me has tentado! Me lo apunto!
    Besotes!!!

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  4. ¡Qué cosa más chula! Me lo apunto sin dudar.
    Besos

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