423 Colores, de Juan Gallardo y Rafael Avedaño

07 mayo 2019

Siria, 2011. Ghada tiene 8 años y es ciega desde nacimiento, pero la pequeña es capaz de ver mucho más allá de la oscuridad. Sin embargo, el mundo de Ghada de sonidos, texturas y olores, ha caído derrumbado como si fuese un castillo de naipes. Ahora se halla, junto a su padre, su mejor amigo y su querido perro, en una embarcación cruzando, desafiante, el bravo Mediterráneo.

En la obra, el relato de Ghada, que bien podría ser el relato de cualquiera de nosotros que, un buen día, debe dejar su vida en busca de la libertad, se intercala con una larga carta del padre de la pequeña, donde se sincera con ella y le cuenta la verdad de su aventura.

Y es que es el padre quien, durante todo el tiempo, con el fin de evitarle sufrimiento, le oculta la verdad. Nos encontramos ante el horror de una guerra disfrazado de inocente fantasía. Este hecho, tan especial, me ha recordado, particularmente, a la brillante película La vida es bella, de Roberto Benigni. El terror de la guerra transformado en belleza; el amor de un padre hacia una hija, puro, infinito. Eso es 423 Colores, sin duda.

De este modo, conocemos la guerra desde la inocente mirada de una niña, pero también desde la de un adulto, y son estas últimas partes las más duras del relato. A través del testimonio del padre de Ghada veremos cómo el que siempre ha sido su hogar, se va transformando, progresivamente, en un infierno en el que feroces dragones escupen fuego sin cesar.

El lector quiere saber cómo han llegado a esa situación, conoce los sentimientos de sus dos personajes principales a través de los relatos en primera persona de ellos mismos, en los que hacen balance de lo vivido hasta ese instante, pero a la vez, va descubriendo qué sucede con los personajes en la actualidad, pues en el presente se encuentran en alta mar, cuestionándose, continuamente, si este duro cuento tendrá final feliz.

423 Colores está escrito a cuatro manos por Juan Gallardo y Rafael Avendaño. Este es su sexto libro juntos. Cuando en Soy Yincanera propusieron la lectura conjunta de esta prometedora novela, no pude decir que no. Esta nueva lectura, la tercera que leo junto a mis compañeros de letras de Soy Yincanera, ha sido emocionante, una historia que no esperaba, la verdad, que me fuese a llegar tanto.

Estamos ante una prosa elaborada, con cierto toque poético, con muchísimas descripciones, con buenas metáforas; una historia de ritmo lento que tarda unas páginas en calar, hasta llegar a ese desenlace que eriza la piel.

423 Colores es una historia dura, pero entrañable y, sobre todo, necesaria, en un tiempo en el que parecemos inmunes a las tragedias que suceden a nuestro alrededor, en el que parece que somos ciegos de alma, como se dice en la novela, en el que no sentimos las injusticias que se producen a nuestro alrededor. Pero a pesar de todo, a pesar del drama real al que nos acercan Gallardo y Avendaño, 423 Colores es un canto a la vida, a la esperanza, porque no todo, todavía, está perdido.

DATOS DEL LIBRO
Título: 423 Colores, de Juan Gallardo y Rafael Avendaño
Editorial: Versátil
Año: 2019
ISBN: 9788417451240
Número de páginas: 334