
Así es como Felix, de la noche a la mañana, ve cómo su vida cambia por completo. Relegado a un tercer plano por su persona de confianza, cambia de identidad, pasa a llamarse señor Duke, y se recluye en una casa perdida en medio de la nada.
Allí, en soledad, va alimentando, poco a poco, su deseo de venganza, hasta que encuentra la ocasión perfecta para desarrollarla. Su nuevo empleo, profesor teatral en una prisión, le brinda la oportunidad ideal para desquitarse con su socio y aquellos que hicieron que perdiera su prestigio. La obra elegida para llevar a cabo su revancha es La Tempestad, basada en la obra de William Shakespeare, la misma que iba a estrenar justo cuando fue despedido.