Las abejas reina, de Gill Hornby

29 octubre 2013

Empieza un nuevo curso escolar en St. Ambrose. Como cada año, las madres se aglutinan en torno a Bea, la líder: hay que organizar las distintas tareas que han de llevarse a cabo para recaudar los fondos y garantizar el éxito del curso. 

Por primera vez, Rachel no formará parte de ese grupo. Parece que tras el abandono de su marido, no hay sitio para ella en el exclusivo comité académico de las madres del colegio. Pero no está sola, pues también están Jo y Georgie, aunque ellas dos, a diferencia de Rachel, quien es la protagonista de la historia, no quieren formar parte de ese grupo, lo que les ocurre es que no ven la forma de desligarse de Bea. 

Esta es una de las cosas que menos me han gustado del libro Las abejas reina, de Gill Hornby. Si a la manipuladora y aduladora Bea nadie la soporta, ¿cómo nadie de amplio grupo es capaz de plantarle cara? La mayoría cree que es una desagradecida, y mantiene una relación de amor-odio nada saludable.

Sí, hay personas/abejas reina que hacen con los demás lo que quieren, pero esperaba un mayor contraste, mujeres con personalidad capaces de decir "no". Sin embargo, lo que me encuentro es un abanico femenino muy amplio, que abarca entre los treinta y los cuarenta años, incluso algunas décadas más, pero sin variedad: casi todas son débiles e inmaduras.

Son personajes planos que viven a través de los demás, y sólo para el colegio. Para colmo, la única madre que evoluciona una chispa a lo largo de la historia es tratada por el resto como si fuese una completa idiota. Tan sólo rescataría de todo el elenco a Georgie y Jo porque son las más fuertes, las que destacan un poquito.

En el libro no sucede nada relevante, y ya el arranque es lento. Sí, hay dos hechos que marcan el inicio del curso, la llegada de una nueva familia y de un nuevo director. Las charlas que mantiene el grupo, los cotilleos, versan sobre ellos y sobre si esta madre o la otra ha cogido unos kilos de más: sí, también son personajes superficiales.

Las abejas reina no ha logrado despertar mi interés. Es una lástima, de verdad, porque atención a algunos de los temas que se tratan en esta novela protagonizada puramente por mujeres: los hijos, las relaciones amorosas, la separación sentimental, el suicidio y el cáncer de mama. Sin embargo, estos son elementos secundarios que pasan desapercibidos, que no se aprovechan.

Es verdad es que está bien escrita, pero la prosa de Hornby es normal, y yo no he encontrado nada del humor prometido: mis sonrisas han sido más bien discretas. El narrador es omnisciente, y se va situando en los distintos caracteres, especialmente en Rachel, pero también la obra incluye las actas de las distintas reuniones que celebra el comité del colegio, y estas aparecen en primera persona según el personaje que las redaca. Estas actas, que imagino lo que pretendían era aportar agilidad a la historia, no hacen sino ralentizarla, pues son puros diálogos indirectos repletos de mayúsculas chillonas.

Siento que esta novela no me haya gustado como esperaba, ni muchísimo menos. Y me sorprende, porque Las abejas reina parte de un escenario con gran potencial, estamos en un pequeño pueblo, y una idea original, las relaciones que se establecen entre las madres de los alumnos del colegio de la comunidad. Pero la abundancia de clichés y estereotipos, la competitividad ridícula con la que se abordan dichas relaciones, además de un elevado número de personajes en general planos y superficiales hasta decir basta, que para nada son representativos, hacen que no la recomiende.

Nubes de kétchup, de Annabel Pitcher

22 octubre 2013

La Chica de los Pájaros, el Chico de Ojos Castaños, un gran secreto entre ambos y un cielo rojo como la sangre. Tras Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea, Annabel Pitcher vuelve a conquistarme con su segunda obra, Nubes de kétchup.

Zoe es la atormentada protagonista de esta historia. Con el objetivo de desahogarse con alquien que la comprenda, pues se considera culpable de la muerte de otra persona, comienza a enviarle cartas a un asesino poeta que está en el corredor de la muerte.

Estamos ante un libro epistolar, pero las cartas pasan página tras página como si nada. La obra no resulta tediosa, como pueda pensarse, pues los diálogos son en estilo directo en su práctica totalidad. Además, hay misivas que incluyen dibujos en negro. La correspondencia, diecinueve cartas, abarca desde agosto hasta mayo del siguiente año, y la historia en sí se divide en catorce partes, más una carta extra que puede entenderse como el epílogo de la obra. 

En esas misivas la protagonista cuenta qué es lo que hizo, pero también habla de su familia, la cual se tambalea por momentos. Ella es la mayor de tres hermanas. Merece la pena destacar a ambas. Por un lado está Soph, y por otro Dot. Esta última es sordomuda, y es la que más despunta de los secundarios, ¡llega a brillar casi más que la protagonista! Y es que el personaje principal destila a veces pura madurez, mientras que otras peca de infantil. Si no llega a ser por la sinopsis, diría que estamos ante alguien que ha recién dado la bienvenida a la adolescencia, que está aún lejos de esos quince años.

Me ha resultado curioso cómo se va intensificando, carta a carta, la relación entre Zoe y el preso convicto, pese a que este nunca le responde, simplemente parece leer, escuchar el relato de la joven, sin juzgarla. 

Esta es una obra más juvenil que la anterior de la autora. El romanticismo está muy presente: el Chico de los Ojos Castaños, el fallecido y Zoe serán los vértices de un triángulo amoroso. 

Con un planteamiento de entrada más que original, este drama realista, con personajes tan humanos cuenta con grandes dosis de humor negro y pura ironía. La autora refleja muy bien ese sentimiento de culpa que siente la protagonista y que todos, en mayor o menor medida, hemos padecido alguna vez. En este sentido, aunque lo que oculta la protagonista es algo predecible, esto no le resta interés, el resto de elementos compensa con creces que ese secreto no sea tan inesperado.

Por otro lado, es de aplauso en esta ocasión la edición. De tapas duras con sobrecamisa, la cubierta y contracubierta nada tienen que ver con la de Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea.

En definitiva, una buena historia sobre el peso de la culpa, un sentimiento que no permite a la protagonista sentirse libre en una etapa de su vida, la adolescencia, en la que no desea otra cosa que volar, volar lejos y dejar atrás esa jaula en la que se ha convertido su vida. 

Ondina, de Benjamin Lacombe

15 octubre 2013

El príncipe Herr Hans de Ringstetten se ha perdido en la Selva Negra, un bosque oscuro y maldito, según cuentan. Pero el joven noble tiene la fortuna de encontrar al viejo Ulrich, quien le ofrece su humilde hogar para pasar la noche. 

Es así como conoce a Ondina, la hija adoptiva de Ulrich, una chica rebelde y un tanto maleducada de la que Hans queda prendado al instante. Esa misma noche, en plena tormenta, la chica se enfada y sale a la intemperie, siendo el príncipe quien la rescata de una muerte segura. Es ahí cuando ella también cae rendida a los pies de él.

Los jóvenes enamorados se casarán, pero todo cambiará cuando Ondina le confiese a Hans que en realidad es un espíritu del agua, y se marchen a vivir al castillo del joven, donde aguarda Úrsula, enamorada también del noble y quien hará lo imposible por destruir la relación.

Benjamin Lacombe guioniza, además de ilustra, Ondina, una libre adaptación de un cuento y de una obra teatral sobre las bellas ninfas acuáticas de la mitología griega.

Una vez más, el autor francés me ha enamorado. Esta obra es la más cuidada que he visto, es una auténtica joya. Es de esos libros a los que ni siquiera me atrevo a ponerles mi nombre, de los que paso cada página con infinito cuidado por temor a estropearlo.

Sin embargo, en esta ocasión, a diferencia de la otra, he echado de menos un mayor desarrollo de la historia. Creo que se dan unos saltos temporales importantes, y quizá se podría haber dado más relevancia al texto, haberlo trabajado un poco más. 

En cuanto a los dibujos, ¿qué puedo decir? Me han encantado. Los rostros pálidos de sus personajes siempre son muy expresivos. Destacan los ojos de cada uno de ellos, esos ojos grandes, algo saltones. Otro aspecto que me ha llamado mucho la atención en esta ocasión es el largo y pelirrojísimo cabello de la protagonista, de Ondina. ¡Cómo atrapa a Hans, literalmente! Por supuesto, el aire tétrico vuelve a estar presente: los dibujos son de una carga dramática importante, son melancólicos, tristes, incluso. 

Y qué edición la de Edelvives, como comentaba, una preciosidad. La historia se presenta en un formato más bien rectangular, con unas llamativas cubierta y contracubierta de tapas duras con unas preciosas hojas de cortesía en tonos azules cuyos dibujos forman olas por una de las caras, mientras que por la otra ya empieza el mito, que para nada se hace de rogar. Qué maravilla de portada: en una hoja semitransparente y en tonos grisáceos aparece un primer plano del rostro de Ondina cuyo pelo cae como si fuese una cascada de agua cubriendo el bosque encantado. Las páginas como esta, similares a las de calco pero de mayor grosor, se intercalan con las hojas normales a lo largo de toda la obra.

En definitiva, es un libro delicioso para el paladar que sabe a muy poco, por lo sencilla que resulta la trama y la falta de un mayor desarrollo, pero también es maravilloso al tacto y, sobre todo, es precioso a la vista. En pocas palabras, todo un amor de historia.

Una canción para ti, de Sarah Dessen

10 octubre 2013

Remy desea acabar los estudios para marcharse lejos de casa. Está cansada de ser siempre el paño de lágrimas de su madre, una escritora famosísima de novelas románticas que ya va por su quinta boda. 

No extraña, tras tanto romance fallido, que la protagonista no crea en el amor, y esté decidida a no mantener ninguna relación seria. Pero todo cambiará con la llegada de Dexter, un chico abierto, despierto y algo desordenado que pondrá patas arriba la teoría de Remy. 

Ella, que era de usar y tirar chicos, quizá un papel que se asocia más a ellos en casi todas las novelas juveniles que he leído, pasa a replantearse su idea del amor gracias a este joven desgarbado que, además, es músico, como el padre de Remy, al que ella nunca conoció y que le dejó como único recuerdo una canción. 

Una canción para ti, de Sarah Dessen, es un libro ligero y bien escrito. Más que la trama, que atrapa pero no enamora, destacaría a sus personajes. Para empezar, Remy es una chica fuerte, con las ideas claras, y es Dexter el que aporta ese punto divertido a la acción, el que improvisa en la relación. Los secundarios también me han gustado, ¡menudas las empleadas del salón de belleza/tortura en el que trabaja Remy como recepcionista! Las amigas de la protagonista son asimismo llamativas: qué relación de amistad hay entre esas cuatro tan distintas.

La narración es fluida, y aunque es la protagonista quien cuenta los hechos, se incluyen fragmentos de la nueva novela que escribe su madre. Es como si hubiese dos historias en una, y entre ambas existe cierto paralelismo. Los diálogos también son buenos, ingeniosos. Además de las relaciones de pareja de jóvenes y adultos, también se abordan otros temas, como los malostratos, aunque muy de pasada.

El segundo libro de Dessen no me ha gustado tanto como el primero que leí de ella, Just listen, pero me ha entretenido. Sin duda la escritora es una apuesta segura: sus obras son pegadizas, ágiles, frescas y divertidas, además de realistas, con unos finales agradables que se agradecen.

Concurso "Tengo tu número", de Sophie Kinsella

04 octubre 2013

Hoy es el Día Mundial de la Sonrisa. Gracias a Random House Mondadori vamos a celebrarlo con un sorteo de un libro que a mí me gustó mucho, que me hizo reír. Tengo tu número, de Sophie Kinsella, me pareció una novela romántica ligera muy divertida y también fresca. 

Si todavía no la habéis leído, esta es tu oportunidad. Si tenéis residencia en España y cuenta en Facebook, sólo debéis dejar un comentario en este post contando cuál ha sido la última novela que os ha hecho reír a carcajadas. 

Así de sencillo. ¿A qué esperáis para participar? ¡Hay dos ejemplares en juego! El concurso finaliza este domingo día seis a las doce de la noche. 

¡Toca compartir sonrisas!  

Después, de Morris Gleitzman

03 octubre 2013

Boquiabierta me quedé cuando supe que la trilogía de Morris Gleitzman era una tetralogía. Por un lado me alegré, estos libros son de mis favoritos, pero lo cierto es que la historia estaba más que cerrada, y ese cuarto libro carecía de sentido. Y así es cómo, con estos sentimientos enfrentados, comencé Después

Felix lleva dos años escondido en el granero de Gabriek. La guerra aún no ha terminado, y parece todavía lejos de acabar, pese a que estamos en Polonia en 1945. Los nazis han resultado ser un hueso muy duro de roer. Pero el protagonista no pierde la esperanza, porque sabe que entre tanta gente que se dedica a romper cosas a su alrededor, también hay otros muchos que arreglan lo que los primeros destrozan. 

A través de Gabriek, el joven protagonista, que aquí tiene ya trece años, conocerá a los partisanos, y luchará junto a ellos. Él sigue siendo un niño, aunque ya no tan inocente como en Una vez y un poquito menos que en Entonces

En esta entrega se responden algunas de las cuestiones que quedan a la imaginación del lector en Ahora, el último libro publicado, donde encontramos a un Felix anciano, todo un excelente cirujano que recibe un gran homenaje. Es así que en este libro hay escenas crudísimas, muy fuertes: es aquí donde el protagonista comienza a ser ese gran profesional de la medicina. También hay dolor, mucho. No he podido evitar emocionarme una vez más.

Vuelvo a aplaudir la pluma de Gleitzman. Por algo este autor es uno de mis favoritos. Es una prosa sencilla, pero nada descuidada. Pocos como él saben tratar con tanto tacto un libro con escenas tan duras. Y esos personajes, ¡qué delicia! No parecen ser de papel. La historia es realista, como la vida misma: es a momentos dulce, a páginas amarga. 

Aunque este es el cuarto libro, lo cierto es que cronológicamente ocupa el tercer lugar, como podéis ver. Mi recomendación, si es que no habéis leído ya la "trilogía", es que los leáis todos y por este orden: Una vez, Entonces, Después y Ahora. Será este último el que menos os guste por dos motivos fundamentales: Felix no es el narrador y la II Guerra Mundial ha quedado muy atrás. Los tres restantes son una auténtica maravilla, unos libros la mar de especiales. 

Confieso que son de las obras que más he prestado en casa, junto con este otro, y no hay nadie al que no le hayan gustado. Eso sí, ninguna de las personas a las que se los he dejado los conocían. Tanto para la crítica tradicional como para las grandes librerías han pasado más bien desapercibidos. Ojalá que esta reseña contribuya a darles un poco más de visibilidad, porque se lo merecen, merecen de verdad un hueco en vuestras estanterías.