Pídemelo

23 julio 2013

El fenómeno Grey trajo consigo un boom, que aún persiste, de la narrativa erótica. Dentro de este tipo de novelas se podría enmarcar Pídemelo, de Eva G. Rey, curioso seudónimo bajo el que se esconde una consagrada autora española. 

Laura, una joven abogada viuda, conoce en un bar a Sergio, un atractivo y prometedor juez. Él le propone una relación basada en el sexo y ella acepta, aunque pronto esta será insuficiente para ambos, pero el pasado de uno de los dos parece impedirles dar un paso más. 

Aquí no hay contrato de por medio, pero el sadomasoquismo está mínimamente representado en sus páginas, como también hay tropezón vergonzoso y corbata, además de un tercero en discordia y despidos improcedentes.

Más que una novela erótica, podría calificarse de romántica, ya que lo que prevalece es lo sentimental. El otro ingrediente clave es el misterio que rodea al protagonista masculino, aquello que le ocurrió hace años y que le atormenta.

Son estos unos buenos ingredientes, aunque manidos, que se desaprovechan: el libro no aporta nada nuevo, ningún elemento lo hace sobresalir.

Los personajes están bien construidos, a pesar de que la protagonista resulta a páginas contradictoria. En general, da la impresión de que son buenos, de que la autora ha elegido bien a su elenco, secundarios incluidos, pero no sabe sacarle el máximo partido. La trama tampoco sorprende: el misterio principal no me ha convencido, en especial porque el protagonista lleva años atormentándose por algo que se resuelve en cuestión de pocas líneas, y el desenlace es previsible. Además, en la relación de ambos hay cosas que no concuerdan, como algunos diálogos y, sobre todo, ciertas acciones. La prosa es sencilla y casi correcta: los signos de puntuación bailan a su antojo en algunos capítulos.

No es que esté cansada de collares, corbatas, esposas y antifaces de papel, pero es que la novela apenas resulta entretenida. En definitiva, Pídemelo es uno más de ese boom comercial literario.

8 comentarios

  1. A mi me gusta el género erótico pero este...mmm este no me llama demasiado, parece demasiado...similar a los que han salido ultimamente.
    Un beso!

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  2. No es un género que me guste, así que este libro lo dejo pasar.
    Besotes!!!

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  3. Queda claro que si la dejo pasar no me pierdo nada.....
    Gracias por tu reseña ;)
    Besos

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  4. Esta nueva ola erótica deja bastante que desear! Si querían inundar todo de erotismo para atraer nuevo público hubieran relanzado con mucha publicidad a buenas autoras eróticas.

    Besos

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  5. Antes que leer este recomandaría Un tipo odioso o Calle Dublín, que siguen la estela de 50 sombras pero están muy bien escritos y sus argumentos no se parecen tanto. Este, desde luego, hace tiempo que lo descarté, es demasiado similar.

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  6. Hola, a pesar de que el tema de 50 Shades ha abierto la brecha al erotismo en la literatura de un modo más contundente, éste siempre ha existido. Quizá la importancia de dicha novela (que de paso resalto que la considero muy mal escrita, salvo por el personaje de Christian que es lo único destacable), radica en que dinamitó un camino de tabúes y absurdas incomodidades. Así que creo que más allá del BDSM, es el tema de lo erótico como punto referente en la novela.
    Ahora bien, además de este libro que propones o mencionas, me gustaría exaltar la presencia de la española Megan Maxwell; sus novelas están bastante bien escritas, y una vez más es el erotismo, pero manifestado en otro tipo de práctica: tríos y orgías. Son variables, pero siempre destaco la importancia de un argumento entretenido y bien hecho. Megan lo consigue en su línea chick-lit.
    Te invito a pasarte por mi página, espero que te guste y te adhieras a ella.
    Un abrazo, y me pasaré por aquí más a menudo.
    =)

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  7. Pues entonces lo dejamos pasar. Tampoco me llamaba mucho; hay otras novelas eróticas que me apetecen más.

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  8. A mi me desilusionó mucho leer 50 sombras, tanta publicidad que le han dado y me parece una novelucha barata, el erotismo para mí debería ser más sutil.

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